"La silueta se presta a la evasión del tema. De no ser capaz de mirarlo directamente, y sin embargo ahí está, todo el tiempo, mirándote a la cara."
Traducción de Mónica Belmontes
* Video al final
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Kara Walker (California, 1969) posee una consolidada y reputada trayectoria. En 2008 ha sido nombrada por la revista Time como una de los 100 artistas internacionales más importantes y su última exposición en el Whitney Museum de Nueva York ha sido calificada por la Asociación de Críticos Internacionales como la mejor de 2007. Kara Walter ha expuesto en los museos y centros de arte más importantes del mundo, además, ha participado en la 52Ü Bienal de Venecia en junio de 2007 y en 2002 representó a Estados Unidos en la 25Ü Bienal Internacional de São Paulo en Brasil.
Walker se licenció en el Atlanta Collage of Art en el año 1991 y realizó un Máster en Bellas Artes en la Rhode Island School of Design en 1994. Su obra forma parte de colecciones públicas y museos como The Salomón R. Guggenheim Museum, The Museum of Modern Art, Nueva York, The Metropolitan Museum of Art, Nueva York, The Tate Gallery, Londres, Centro Nazionale per le Arti Contemporanee, Roma, y Deutsche Bank, Frankfurt.
Actualmente vive y trabaja en la ciudad de Nueva York.
Sus primeros trabajos, realizados a principios de los años 90, versan sobre el racismo y las cuestiones de género. Walker afirma el choque que le produjo la llegada a Atlanta, un lugar en el que la raza era un tema candente que provocaba muchas diferencias, muchas más que en su California natal.
No en vano, a principios de los años 90, Estados Unidos era el escenario de grandes cambios en cuanto a género y sexo con dos grandes escándalos, en Nueva York y en Los Angeles, que coparon las portadas de los periódicos durante días. Pero su producción inicial no se basó directamente en estos dos hechos sino en otros momentos históricos en los que las injusticias sociales estaban igualmente presentes. Y los desarrolló introduciendo una técnica rescatada del siglo XVIII, la incorporación de siluetas recortadas que se adaptaban a los dibujos y cuadros o directamente sobre los muros. Era la suya por entonces una actitud muy cercana a la de los caricaturistas, con un punto satírico muy marcado.
" El melodrama incluye una especie de vista enfocada ligera del racismo y leyes que son aprobadas y fueron aprobadas, y continúan movilizándose para efectuar algún tipo de cambio..."
Kara Walker, hablando sobre su obra.
Nombrada una de las artistas más importantes del siglo XXI por la organización norteamericana, PBS en la serie Art:21 Art in the twenty-first century.
Está presente en la muestra el gran mural An Historical Romance of a Civil War as it Ocurred Between the Dusky Thighs of One Young Negrees and her Heart, (visto arriba), una de sus piezas paradigmáticas de mediados de los 90. De 15 metros de longitud, el mural sigue la pauta marcada por la tradición dieciochesca pues está basado en los cicloramas del S.XVIII.
El trabajo de Kara Walker tiene un fuerte e inmediato impacto visual pero no se queda sólo ahí. Uno de los principales intereses de la artista es provocar y agitar la conciencia del espectador y demandar respuestas. "Quiero atraer al espectador, hacer que entre en la historia. Quiero que atraiga intelectualmente desde un contexto de belleza", dice.
Es consciente la artista de que las temáticas de la raza y la esclavitud son delicadas. En sus trabajos se percibe un alto nivel de ambigöedad que ofrece múltiples alternativas de interpretación. Por ello, el mural Uncle Tom, basado en la novela La Cabaña del tío Tom, muestra un personaje sumiso e inmaduro, mientras que en la novela de Harriet Beecher Store el tío Tom aparece como un esclavo sufridor, modelo de la virtud cristiana. Como en muchos de sus trabajos, Walker presenta reinterpretaciones de historias que creíamos conocer plenamente.
"El romance de ella, la narración, era tan rica y épica, y eso era lo que no esperaba. No esperaba ser excitado en la forma en que historias como la que tienen el propósito de excitar".
Kara Walker, hablando sobre el libro "Gone with the wind" de Margaret Mitchell.
"La negra, como un término que aplico a mí misma, es una construcción real y artificial. Todo lo que estoy haciendo es tratar de eludir la línea entre la ficción y la realidad."
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